La historia que voy a contarles es una de esas que se susurran en voz baja, como si las palabras pudieran invocar lo que se relata.
La Mujer de la Carretera
Era una noche fría y brumosa cuando dos amigos, Andrés y Samuel, viajaban en su auto hacia su casa. La carretera serpenteaba entre árboles oscuros, y la densa niebla parecía envolver todo a su alrededor. Mientras avanzaban, el motor del auto empezó a fallar y finalmente se detuvo en seco.
Frustrados, decidieron salir a investigar. Mientras discutían sobre qué hacer, un destello de luz los llamó la atención. Al acercarse, vieron a una mujer de pie al borde del camino, su vestido blanco brillando tenuemente en la penumbra.
—¡Por favor! —gritó, su voz temblorosa—. Ayúdenme, mi bebé está atrapado en el coche.
Sin pensarlo, los amigos se dirigieron hacia ella. La mujer les indicó un desvío hacia un pequeño sendero cubierto de maleza. Aunque la niebla hacía que todo se viera difuso, la urgencia en su voz les instó a seguirla.
Llegaron a un automóvil volcado entre los árboles, y el llanto de un bebé resonó en el aire. Andrés, con el corazón acelerado, se acercó y logró abrir la puerta trasera. Sacó al bebé, que parecía estar ileso, y sonrió aliviado.
—¡Lo tenemos! —exclamó, volviéndose hacia la mujer.
Pero cuando miró a su alrededor, ella había desaparecido. Solo quedaba la bruma, espesa y fría. Samuel, nervioso, empezó a mirar en todas direcciones.
—¿Dónde se fue? —preguntó, inquieto.
Andrés sintió un escalofrío recorrer su espalda. No había rastro de la mujer, como si se hubiera desvanecido en el aire. Mientras el silencio se instalaba, ambos amigos se miraron con preocupación.
Decidieron regresar al auto, pero a medida que caminaban, una sensación extraña los envolvía. Algo no estaba bien. Cuando finalmente se metieron en el vehículo y se alejaron del lugar, la atmósfera se tornó opresiva.
De repente, Samuel rompió el silencio.
—¿Y si esa mujer…? —su voz se torno temblorosa.
Andrés sintió un nudo en el estómago. ¿Y si la mujer había sido un espíritu? La idea lo aterraba, pero no podía ignorarla. Al llegar a la ciudad, llevaron al bebé a la comisaría, donde explicaron la situación. La policía, intrigada, decidió investigar la zona.
Al día siguiente, un grupo de oficiales se dirigió al lugar donde los amigos habían encontrado a la mujer. Lo que descubrieron fue escalofriante: el auto volcado estaba allí, y dentro, encontraron el cuerpo sin vida de la mujer. Un accidente trágico había terminado con su vida, pero el bebé, milagrosamente, había sobrevivido.
La policía informó que la mujer había estado desaparecida durante días. Su sacrificio había guiado a Andrés y Samuel para salvar a su hijo, incluso después de haber partido de este mundo. La realidad de lo ocurrido se instaló en los corazones de los amigos, y la imagen de la mujer quedó grabada en sus mentes, un recordatorio de lo inexplicable y lo desgarrador que puede ser el amor.
Con el tiempo, la historia de la mujer se convirtió en una leyenda local, y los dos amigos, aunque aterrados, nunca olvidaron esa noche en la carretera, donde la bondad de un alma había trascendido incluso la muerte.
No comments:
Post a Comment